El prestigio internacional de Argentina para el ejercicio de la caza es incuestionable.
Este país es un destino ideal para el cazador, tanto por la caza menor como por la mayor, ya que hay una considerable variedad de especies cinegéticas y de gran calidad, acompañada de la abundancia poblacional de cada una de ellas.
La República Argentina es un estado federal dividido en provincias, las normas para el ejercicio de la caza varían en cada una de ellas.
Por otro lado, por la extensión de esta nación –La Quiaca al norte y Ushuaia al sur distan más de tres mil setecientos kilómetros– hay una gran diversidad de climas y por lo tanto también de flora y de fauna.
Hacer una descripción pormenorizada de todo lo relativo a la caza en este país superaría, en mucho, los límites de un reportaje. Me limitaré a una descripción de las especies que con más frecuencia o interés reseñable se cazan.
El cazador puede optar por modalidades de caza mayor y de caza menor de alto nivel. Y dentro de cada una elegir aquella o aquellas especies que mejor se adapten a su perfil de deportista.
La caza mayor ofrece una amplia gama de piezas que podríamos recapitular en dos grandes grupos, las introducidas y las nativas.
ESPECIES INTRODUCIDAS DE CAZA MAYOR
Las primeras son aquellas que, a finales del siglo XIX, empezaron a importarse de otros países y continentes, han sido un éxito en los casos del ciervo rojo, el ciervo axis, el gamo, el muflón, el antílope negro y el búfalo de agua.
La adaptación de estos animales ha sido perfecta y hoy están totalmente integrados en los ecosistemas, al igual que sucedió mucho tiempo atrás con el ganado vacuno y caballar.
La desafortunada introducción del jabalí
Mención aparte, por desafortunada, es la introducción del jabalí; lamentablemente aún se conceden permisos para su establecimiento en bosques nativos, a pesar de que daña la diversidad autóctona, y que ha colonizado además de los lugares donde se ha soltado, terrenos más que adyacentes lejanos.
Aunque las batidas para su caza sean abundantes, las piaras, además de los daños económicos a la agricultura, dañan el ecosistema, tanto en la flora como en la fauna.
El Sus scrofa aquí no encuentra más competidor que él mismo, y se hibrida con los cerdos domésticos que campean libres.
Intentamos conseguir que no se concedan más permisos para su introducción en nuevos territorios, y mientras tanto utilizar la caza como herramienta para reducir y mantener la población en densidades que no causen daños.
Demos un breve repaso por las especies que hemos mencionado y su caza.
Ciervos rojos de más de 250 puntos CIC
El ciervo rojo, encuentra aquí un ecosistema tan favorable, que desarrolla unos trofeos que son los de mejor calidad mundial, ciervos de más de 250 puntos CIC son el sello de calidad de Argentina.
Como este venado está distribuido por gran parte del territorio argentino, tendremos muchas maneras de interpretar el paisaje cinegético que acompaña este lance de caza, desde los bosques andino patagónicos del sur por donde corren los arroyos del deshielo de los neveros, al chaco y las yungas neotropicales.
El axis no presenta un ciclo vital anual como tal sino como individuo
El ciervo axis, proviene de zonas asiáticas próximas al ecuador.
Esta especie, al no tener fotoperiodo estacional marcado en origen, no presenta un ciclo vital anual como tal sino como individuo, de manera que se pueden encontrar machos con cuernos formados, a la par con otros cuya cuerna está en crecimiento o incluso sin ella, lo cual aumenta la intriga en la búsqueda del trofeo en cada jornada de caza, y la dificultad de hallar uno que reúna buenas condiciones.
Gamos negros y blancos
El gamo muestra una distribución más reducida que los otros cérvidos.
En Argentina, presenta la singularidad de que existen poblaciones abundantes de gamos melánicos por un lado, casi negros de piel; y por otro lado blancos, casi albinos en apariencia.
Perfecta adaptación del muflón que se ha hibridado con otros carneros silvestres
El muflón que ha llegado a Argentina desde Europa, y que a éste continente arribó desde los montes Atlas del norte de África, se ha adaptado a la perfección a ecosistemas forestales y de montaña.
A la vez se ha hibridado con carneros silvestres, dando lugar a una amplia diversidad de trofeos coleccionables, además del muflón puro.
El antílope negro pone a prueba al cazador
La caza del antílope negro pone a prueba al cazador, ya que el acecho a esta pieza puede durar muchas horas, ya que este animal puede distinguir a aquel desde muy lejos, porque se refugia en medio de las zonas abiertas en pastizales donde está en permanente vigilancia.
Conseguir reducir la distancia hasta tenerlo a tiro, siempre muy lejano, es una proeza, debe hacerse lenta y minuciosamente, emboscado y camuflado para no ser visto, lo que en el pasto se vuelve algunas veces muy difícil.
Si la caza se hace al aguardo hay que esperar en lugares de buena visibilidad de zonas abiertas.
El búfalo de agua, una emoción fuerte
Cazar el búfalo de agua es una emoción fuerte, con este bóvido de más de 1.000 kg de peso, peligroso por su carga, tenemos que utilizar calibres grandes, por encima de .375 H&H.
Para su caza hay que ir secundado por un cazador profesional que, además de encargarse de la seguridad, por su conocimiento del comportamiento del búfalo nos indicará el momento idóneo para efectuar el disparo.
El carnero de cuatro cuernos con mucho tirón entre los aficionados
Una especie de caza mayor de origen doméstico asilvestrada en el pasado, es el carnero de cuatro cuernos, hoy presenta un gran atractivo para su caza, con muchos aficionados, por lo característico y singular de su trofeo.
ESPECIES NATIVAS DE CAZA MAYOR
El otro grupo de especies de caza mayor es el de especies nativas.
Su caza está muy regulada y solo algunas de éstas se pueden cazar, y no en todas las provincias.
Tal es el caso de la corzuela, el pecarí y el puma.
La esquiva corzuela
La corzuela, toma el nombre del corzo europeo por su similitud con un corcito pequeño.
Su nombre en quechua es ‘guasuncha’.
Este pequeño cérvido, porta un trofeo formado por cuernas con una sola punta de 10 a 15 cm aproximadamente.
Su atractivo está en la singularidad de su morfología y en la dificultad de su caza, ya que es un animal tímido y esquivo.
El agresivo pecarí
El pecarí es el ‘chancho del monte’, su aspecto podría recordar al de un jabalí, tiene por pelo unas cerdas durísimas, no tiene cola, y los dientes caninos están dispuestos verticalmente, más se parecen a los de un perro que a los de un jabalí.
La caza de este animal, de conocida agresividad, conlleva una gran emoción, se caza con perro en montes cerrados en los que, a veces, hay que abrirse paso a machetazos, como en la aproximación al animal está presente la posibilidad de que trate de atacar, es muy importante ir con perros de gran coraje, como por ejemplo el dogo argentino.
El puma solo se puede cazar por daños con una certificación de la administración
El puma se puede cazar por daños, previa certificación de la administración, la caza de este felino presenta gran dificultad porque sus áreas de campeo son enormes.
Sin duda la mejor opción es cazarlo en aguardo, ya que el puma después de su ataque sobre el ganado entierra la presa y regresa al día siguiente o a los dos días para seguir comiendo.
Hay que armarse de paciencia en este caso y buscar un lugar en alto, con buena visibilidad, para que el ‘león del monte’ no tome los vientos del cazador.
Otras especies nativas hoy protegidas
Hay varios camélidos como el guanaco y la vicuña, hoy protegidos, que tradicionalmente se cazaban por su carne, y la vicuña además por su lana.
Hoy en día se capturan vicuñas salvajes y se esquilan para aprovechar su lana y posteriormente se sueltan. Por lo que podría considerarse caza en tanto a que se domina al animal.
Aunque no se pueden cazar los suris y ñandues, por estar protegidos, su caza ha sido una de las más tradicionales en Argentina, íntimamente ligada a los gauchos que los cazaban lanzando sus boleadoras persiguiéndolos a caballo.
CAZA MENOR
Tórtola dorada, exagerada abundancia
«En la caza menor tenemos varias opciones, posiblemente la más reconocida como ‘argentina’ es la caza de la tórtola»; en ella el cazador encuentra la posibilidad exclusiva de cazar sin límite y lograr grandes perchas, ya que la tórtola dorada, por su exagerada abundancia, ha sido declarada a nivel nacional plaga agrícola.
La caza como herramienta de gestión ayuda al control de su población.
El cazador puede realizar miles de disparos, esta experiencia única solo se puede encontrar en esta tierra.
Hay empresas que organizan tiradas con igual calidad que las de ojeo de perdiz roja en España.
Dos tipos de ‘torcazas’, también abundantes
También abundan dos tipos de paloma torcaz.
Si bien en esta caza se establecen cupos según las provincias, es normal cazar más de cincuenta ‘torcazas’ (que así se llaman en Argentina), por tirada.
En un día se pueden cazar 20 especies diferentes de patos y gansos
Otro de los grupos de especies de caza menor que presenta gran interés son las anátidas.
En un puesto de caza, se pueden cazar en el mismo día más de 20 especies diferentes de patos y gansos, en cantidad más que satisfactoria para el cazador, con cupos provinciales específicos por tirada.
La caza de la perdiz es única y variada
Igualmente la caza de la perdiz es única y variada, estas aves en realidad son tinamúes, el nombre genérico de perdices lo han recibido por su similitud morfológica y etológica con las que nada tienen que ver taxonómicamente.
Se trata de las aves voladoras más antiguas del mundo evolutivamente hablando, están directamente emparentadas con los suris y los ñandúes.
Se pueden cazar especies diferentes, desde los llanos agrícolas a las altas montañas.
Su caza con perros de muestra es realmente apasionante.
Una de estas es el ‘guaypo’, que cazándolo en la zona preandina del norte en Catamarca puede dar al cazador la satisfacción de ir acompañado por el cóndor, volando una veintena de metros por encima.
Este gerifalte majestuoso sabe que alguna pieza herida caerá lejos y no se podrá cobrar, por lo escarpado de la zona, así que él volará gustosamente por ella para su dieta.
En algunas provincias se puede cazar la vizcacha
En algunas provincias está permitida la caza de la vizcacha, este roedor de más de tres kilos, tiene gran interés para ser cazado en aguardo o en rececho nocturno con un rifle de calibre pequeño como el .22.
Este calibre, que no está permitido en España para la caza, sí es legal en Argentina.
La liebre, una especie introducida y abundante
Hay territorios en los que la liebre abunda, por ejemplo en la provincia de Buenos Aires y en toda La Pampa.
Es una especie introducida que ha encontrado un excelente hábitat, son ejemplares enormes que se cazan por su carne, la cual es cada día más apreciada.
ARGENTINA, ‘FAIR PLAY’ EN LA CAZA
En el deporte de la caza, el practicante ha de demostrar siempre su superioridad respecto a la pieza que quiere abatir, naturalmente respetando todas las reglas del ‘fair play’.
Así, si asiste a una tirada de tórtolas buscará perfeccionar su tiro, por ejemplo intentando que con la carga, permitida en Argentina de cuatro cartuchos en la semiautomática, tener cuatro pájaros en el aire cayendo simultáneamente.
Si rececha un ciervo querrá un medalla de oro.
En la caza de pecaríes será un hombre alerta ante el peligro potencial.
Si va tras un búfalo, su nivel de concentración y adrenalina alcanzará cotas máximas.
Puede poner a prueba su paciencia de cazador de emboscada, recechando un antílope negro o aguardando un puma.
También puede intentar, y tal vez lograr, pertenecer al grupo de privilegiados que han conseguido cazar todas las especies de acuáticas y todos los tipos de perdiz.
En definitiva, en Argentina, el cazador podrá proponerse metas que le asegurarán la emoción inherente al deporte de la caza.
‘Caza en Argentina’ es un capítulo del libro ‘Un cazador observador’ de
José Luis Charro Caballero
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Otras obras del autor:
⇒ ‘Reflexiones sobre la caza. Beneficio medioambiental que reporta. Su ejercicio, su cultura y su arte’ disponible en el siguiente link:
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