Es una zona recién arrendada por Antonio Reguera en la que abundan hipopótamos y cocodrilos. En el bush circundante esperamos abatir algún antílope, pero nuestro principal objetivo es el hipo.
El campamento consistía en una cabaña elevada construida con troncos y tablas de madera, cubierta con una especie de brezo, que hacía de comedor y salón de estar. Asomada al embalse, nos proporcionaba una vista relajante de lo que allí acontecía. Un somero vallado nos defendía de las incursiones nocturnas de hipopótamos y cocodrilos. En el interior del recinto se ubicaban las tiendas donde dormíamos. Básico, pero con un gran sabor africano.