El ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha editado una guía de vigilancia sanitaria de fauna silvestre en cuya publicación ha colaborado el grupo de investigación Sanidad y Biotecnología (SaBio) del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) de la Universidad de Castilla-La Mancha con sede en Ciudad Real.
En la elaboración han participado los investigadores Úrsula Höfle y Christian Gortázar, y la investigadora de la Universidad de Zaragoza, María Cruz Arnal, quienes han destacado que la vigilancia sanitaria y la comunicación inmediata de mortalidades o signos de enfermedad a los servicios veterinarios oficiales es fundamental porque facilita que se pongan en marcha las medidas de control y erradicación con la máxima rapidez posible.
Esto, han señalado, evita o disminuye el impacto negativo que muchas de estas enfermedades pueden tener en la caza, la sanidad animal, la salud pública y el medio ambiente.
Los investigadores han recordado que los traumatismos, enfermedades, selección natural e, incluso, la muerte forman parte del ciclo natural de los animales, pero que algunas de estas enfermedades, sobre todo las que son nuevas para una especie o un determinado territorio, requieren atención urgente por parte de las autoridades veterinarias.
Una atención inmediata porque “pueden producir un grave impacto en las poblaciones silvestres, en la cabaña de animales domésticos e incluso en la salud humana en caso de ser zoonosis”, han explicado.
Información de las principales enfermedades
El MAPA ha destacado que la guía recoge información de las principales enfermedades que afectan a la fauna silvestre en nuestro país, incluyendo una descripción general de la enfermedad, su transmisión, detección y recomendaciones de actuación ante la detección de una sospecha de la misma.
También se incluyen recomendaciones generales sobre cómo actuar ante la detección de animal enfermo, herido o muerto.
Para el sector del campo y la caza
Por eso, la guía está destinada a todas las personas que por su actividad profesional o su afición estén en contacto con el campo, como los cazadores, pero también agentes forestales y de medio ambiente, agricultores y ganaderos, aficionados a las aves, micólogos, senderistas y aficionados a la naturaleza en general.
El objetivo es que estas personas conformen un sistema de vigilancia que ayuden a detectar cuanto antes una enfermedad porque “cuanto más rápido se identifique, mayores serán las oportunidades para su control”, han subrayado.
La guía, que se imprimirá en formato físico para su distribución, se encuentra disponible en este enlace.
Fuente: lanzadigital.com