Octubre
Ya ha empezado el castaño a dar sus primeros frutos y aún nos quedan cinco días para que se abra la general. Al termómetro le cuesta subir y superar los 20 grados, las mañanas son de jersey o rebeca y la tarde, cuanto menos, de ponerse al sol, a resguardo del viento. Las hojas de los árboles anuncian, a las claras, que el otoño ha llegado al campo además de al calendario, mientras le vamos arrancando los días que nos faltan para llegar a nuestro tiempo, el de la caza.
Todo está programado, ¿qué puede salir mal? Octubre
Todo está programado. Y aunque la agenda señala las jornadas que tenemos previsto salir, las expectativas de seguir añadiéndole citas siguen siendo altas. Andamos nerviosos e inquietos y nuestros perros, ídem. Nuestra familia, resignada aunque no conforme. ¿Qué puede salir mal?
–Pues hombre, que llueva como si no hubiera un mañana, que caiga una nevada que ni las de antes (sobre todo en estas fechas ¡de primeros de octubre, jaa!) ¡Qué sé yo!
Se lo diré: que el puto bicho que tan pocas ganas tiene de dejarnos se expanda aún más y cierren la ciudad o el pueblo donde vivimos y no podamos salir a cazar.
–¿Y entonces?
Pues a tomar vientos la agenda, nuestros nervios y la ilusión con la que vivimos desde que cerró la veda hasta que se vislumbra una nueva temporada. O sea, nuestro argumento de vida.
–¡Hay que ver lo que exagera!
¡Seguir soñando! Octubre
Dígame entonces cómo supera usted las malas noticias, los problemas, el oscuro panorama. Y no olvide lo que para muchos de nuestros mayores (y no mayores) representa salir de la rutina diaria, de sus cuatro paredes, y compartir con los amigos un día de caza, dos o los que sean: ¡seguir soñando! ¡Creerse capaces de echar abajo la brava perdiz, de cortarle la carrera al esquivo conejo, de colocarle una buena bala a una res cruzando el cortadero! ¡Y más!
Volver a sentir el corazón acelerado, rompiéndonos el pecho por la carrera, cada vez más cercana, del jabalí que se acerca a nuestro puesto ¡es renacer! Creer que el más allá es esto ¡que lo tenemos aquí!, es, como decía, un sueño, ¡es felicidad! Felicidad que cubre como una vieja manta las fatigas que se pasan por la lluvia, la nieve o el frío y el barro porque de todo eso tenemos y para no perder, no perdamos lo andado, ni lo sudado. Las fatigas, no lo echemos en el olvido.
Recuperar la ilusión del primer día Octubre
Esperar la llegada de la fecha señalada es recuperar la ilusión del primer día. Ese cosquilleo que rejuvenece, que nos quita años, tal y como en su día nos hizo creer mayores, siendo aún niños, rodeados de adultos. Inolvidable, como la vez primera que vimos el lobo. Inolvidable, como nuestra primera pieza… ¡como tantas otras cosas!
En el inicio de una nueva temporada vaya nuestro recuerdo con los que ya no están, con los que nos han dejado recientemente y con los que lo hicieron hace tiempo.
Siempre en nuestra memoria, siempre entre nosotros.
¡Que nuestro comportamiento les haga estar orgullosos!
¡Buena temporada!