Como ya advertíamos en nuestras anteriores alegaciones y notas de prensa, la reforma del régimen del delito de maltrato, antes previsto en el art. 337 del Código Penal, carece del más mínimo rigor jurídico y debe ser derogado.
El texto de la Ley Orgánica 3/2023 que contiene esta reforma ‘urgente’, publicado en el BOE de 29 de marzo, no ha defraudado a las peores expectativas.
‘Ley de las Ratas’ del Código
No en vano ya la llaman ‘Ley de las Ratas’.
Esta norma, contraria al interés general de los ciudadanos, que entrará en vigor el próximo 18 de abril de 2023, introduce como novedades, en el Título XVI denominado ‘Delitos contra los animales’, además de la agravación de las condenas, la ampliación del objeto, que antes se limitaba solo a los animales domésticos o amansados, para pasar a amparar a todos los animales vertebrados, estableciendo unas medidas cautelares, que pueden autorizar en fase de instrucción, a que nos quiten la propiedad sobre nuestro perro.
Cuidado, a partir de ahora, con usar raticida o darle un palo a cualquier reptil que encontremos en casa.
La mayoría de los ciudadanos aún no lo saben y, lo que es más grave, aún no han sido suficientemente informados de las consecuencias que va a traer esta reforma a su vida diaria.
No se trata de una norma que nos vaya a afectar específicamente a los rehaleros. La mayoría de los ciudadanos, no tiene esa suerte
No se trata, por tanto, de una norma que nos vaya a afectar específicamente a los rehaleros, ni a nuestros perros, ya que realizamos una actividad regulada, que está exenta por la norma.
Si la actividad de los rehaleros se caracteriza por algo, es porque desde la tenencia de los perros, pasando por su transporte y terminando por su uso, como medios auxiliares en batidas, monterías y otras modalidades de caza, reconocidas oficialmente, realizamos una actividad regulada, por lo que, con independencia de que tengamos que soportar ahora la pseudoeuforia animalista, estamos amparados por esta exención.
La mayoría de los ciudadanos, no tiene esa suerte.
Otra ley de mascotas que acabará con ellas.
Los ciudadanos votan y la Caza también. Si en el próximo gobierno sigue el animalismo en el poder, la culpa será solo nuestra.