Carta a mi amigo Marcos Ruiz Espín, director del Programa de Caza de Intereconomía
Mi querido Marquitos, lolo
Dios mueve sus hilos para lograr los objetivos que tiene para con nosotros. Y tú eres uno de esos hilos. Tras el programa en directo con Leopoldo Osborne –ese mecenas de las buenas obras– se me removió la conciencia, el alma y hasta una profunda envidia de no tener esos arrestos que sobran para entrar a un agarre.
Paseando por nuestro Madrid me dio uno de esos chispazos que nos dan a los que nos movemos a golpe de pulsación. El lunes 21 de marzo parto a la frontera de Polonia con otro de los hilos del Altísimo, el productor de carne de caza Raúl Dibe y uno de sus camiones grandes, lleno de alimentos, abrigos, productos de primera necesidad… Y ganas de ayudar. No te lo traslado para que veas «lo bueno que soy». Te lo digo porque eres responsable directo de tocar con la varita del honor y el corazón, a los que ni corazón ni honor tenemos.
Voy a hacer campaña para acopiar toda la ropa y alimentos. El está bien para pagar gasoil o incluso dedicarlo en su totalidad a la compra de productos que allí necesitan. Mi azaroso paso por el tiempo me dice que tengo que hacer un nuevo viaje; iba a marchar a Santiago con Talibán por sexta vez. Pero ahora mi sitio está en la frontera Ucraniana, y que sea de nuevo otro de los hilos de Dios el que me indique qué hacer una vez esté allí.
Un único perro o un único lance tienen muy complicado cambiar el curso de una montería. Pero ya hemos llegado varios punteros a ladrar a parado a este intruso. Unimos fuerzas y vamos con billete de ida a una cita con el destino.
Habrá un camión aparcado en la feria de la caza en Madrid para llenarlo hasta los topes de todo lo que te adjunto.
Además, añado el número de cuenta del Real Club de Monteros que es quien recepcionará las donaciones para pagar gasoil y comprar todos los productos que nos vayan reclamando. Hay que poner como concepto: donación Ucrania.
Me voy (también) a la frontera, esta vez sin Talibán, pero con dos palmos más de ganas de descubrir este mundo…
Un fuerte abrazo hermano,