El Safari Club Internacional (SCI) y millones de cazadores conservacionistas de todo el mundo se han mostrado muy decepcionados por la decisión del Servicio de Pesca y Fauna Silvestre (FWS, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos de continuar con la prohibición de las importaciones de trofeos de elefante desde Zimbabwe.
«Al igual que mis compañeros de caza, estoy decepcionado con la decisión del FWS de persistir en la defensa de una prohibición que no tiene absolutamente ninguna base científica», afirmó el presidente de SCI, Craig Kauffman. «El hecho es que este Gobierno sigue hablando en público sobre los beneficios de la caza, mientras que se ha puesto de nuevo del lado de los extremistas anticaza».
Esta decisión se produce después de meses de que el SCI y Zimbabwe hayan aportado innumerables datos y respondido a la larga lista de cuestiones planteadas por el FWS. Tanto Zimbabwe como el SCI han proporcionado una cuantiosa información que apoya el plan de manejo de elefantes en el país y el programa de su caza regulada. Además, estos datos demostraron que Zimbabwe en realidad se enfrenta a una sobrepoblación de elefantes y no al descenso drástico que los alarmistas quieren hacer creer.
El impedimento impuesto a los cazadores de Estados Unidos de cazar en África, supondrá unos disminución de los recursos comunales en su lucha contra los cazadores furtivos y un descenso importante del dinero destinado a la conservación y el desarrollo rural:
-Los problemas del furtivismo en Zimbabwe se verán incrementados por esta prohibición desacertada del FWS.
-Los cazadores internacionales suponen la primera ‘línea de defensa’ en la gestión la conservación y la lucha contra la caza furtiva en África.
-Cuando la vida silvestre no tiene ningún valor, cientos de años de historia han demostrado que, sin ninguna duda, los animales serán sacrificados de forma indiscriminada.
Entre los ejemplos de cómo los ingresos derivados de los cazadores son muy importantes para la economía rural de Zimbabwe, podemos citar que dichos ingresos aportan entre el 60-90% del presupuesto anual destinado a los parques del país y al funcionamiento de la Autoridad de Manejo de Vida Silvestre. Esta financiación es fundamental para la lucha contra la caza furtiva. Además, los honorarios abonados por los cazadores internacionales se reinvierten, inmediatamente, en proyectos comunitarios a través del programa CAMPFIRE.
Un dato importante es que una media del 90% de los ingresos del CAMPFIRE proviene anualmente de la caza, y el abate de trofeos de elefante contribuye en más del 70% a los ingresos anuales del CAMPFIRE. Las comunidades locales se benefician directamente de una media de dos millones de dólares por año, y la mayor parte de este dinero procede de la cesión de derechos de caza deportiva a los operadores de safaris en 49 concesiones de caza de CAMPFIRE. Además, otros ingresos se generan a partir de la venta de pieles y el marfil, el turismo en tierras comunales, y otras actividades de gestión de los recursos naturales.
