Gestión y Medio ambiente Un cazador observador

El corcho, el cerdo ibérico y el toro. Por José Luis Charro

El corcho, el cerdo, el toro
La extracción del corcho es de una gran tradición y arraigo en muchas comarcas ibéricas.

El corcho, el cerdo ibérico y el toro

Frente a la ‘explotación’ de los recursos naturales hay ejemplos de aprovechamiento medioambiental renovables, que con la rentabilidad económica tienen el valor añadido del enriquecimiento del entorno natural, pongamos como modelos, por lo que tienen de tradicional, ‘El corcho, el cerdo ibérico y el toro de lidia’.

Estas son actividades silvopastoriles en extensivo, que se desarrollan en ecosistemas repletos de biodiversidad que han sido generados por el hombre.

El corcho

La extracción del corcho es de una gran tradición y arraigo en muchas comarcas ibéricas, por su dilatada experiencia este aprovechamiento está muy bien gestionado, ya que en caso contrario esta actividad provocaría un fuerte impacto ambiental por la escasez de materia prima y su ciclo de renovación largo, de ahí que los trabajadores de este sector sean tan esmerados en el cuidado de este árbol.

El corcho se extrae del alcornoque (Quercus suber L.) cuya corteza exterior está formada por suberina, un compuesto natural que en estos árboles es un sistema de defensa, que actúa como aislante frente a los incendios recurrentes del bosque mediterráneo.

El espesor de esta capa, que en árboles adultos ronda los siete centímetros, permite extraer panas de corcho cada nueve o diez años sin dañar el árbol, acción que no afecta ni a su sanidad, ni a su longevidad. Así, la gestión selvícola de los alcornocales es totalmente compatible con la extracción de este recurso.

El corcho se ha usado, tradicionalmente, por su baja densidad y su comportamiento elástico, tanto para la fabricación de tapones, como para elementos de flotabilidad, aislante térmico, sonoro, eléctrico, decoración y fabricación de objetos.

La mejor opción desde el punto de vista ambiental entre los tipos de tapones es el corcho

Al tapón de la corteza del alcornoque le han salido varios competidores, el fabricado con polímeros elastómeros, el de plástico y la rosca de aluminio, su manufactura necesita para llevarse a cabo energía de transformación, y genera residuos contaminantes, mientras que la extracción del corcho es un aprovechamiento forestal extensivo, compatible con la regeneración natural del bosque.

Son productos con unos costes de fabricación bajos, que compiten en precio con el corcho, y parecería que ponen en peligro la rentabilidad del bosque.

La mejor opción desde el punto de vista ambiental entre estos tipos de tapones es el corcho, el tapón de plástico supondría una media de cinco o seis veces más emisiones de CO2 y el de rosca de aluminio de unas doce veces.

Los motivos por los que se escogen estos materiales son sólo económicos, el precio de fabricación y los gastos de trasporte, por ejemplo en países donde no hay alcornocales y el transporte es caro les resulta mucho más barato fabricar in situ los tapones alternativos.

Por otro lado, los enólogos nos hablan de las grandes bondades del corcho natural de calidad frente a la calidad homogénea del sintético. Ahí está la coexistencia entre el producto artificial y el natural, este último puede alcanzar en su selección niveles de excelencia mientras que el otro ofrece una calidad estándar.

Rentabilidad económica aparte, es fundamental resaltar que los bosques de alcornoques tienen un alto aporte medioambiental, por la biodiversidad exclusiva de fauna y flora asociada a ellos y otras comunidades bióticas muy valiosas, como son los hongos. Por lo que no podemos poner en peligro su futuro ya que La desaparición de estos árboles supondría una serie de impactos ambientales en cadena muy negativos.

El corcho, el cerdo, el toro

El cerdo ibérico

Los productos del cerdo ibérico son mundialmente apreciados por su alta calidad; nos referimos al criado en montanera, aquel cuyos lomos y jamones llevan el marchamo ‘de bellota’.

La producción de bellota es la que dan los encinares y por tanto está anualmente limitada, no siendo así la producción de cerdo ibérico, la administración obliga a distinguir sus productos conforme haya sido alimentado el animal y la pureza de su raza, según el Real Decreto 4/2014 de 10 de enero de 2014, para el control de la calidad de los productos de este animal.

Para evitar la disminución de la pureza ibérica de la cabaña se tiene en cuenta la capacidad de carga ganadera en su hábitat natural. Así se certificará como productos de ‘bellota 100% ibérico’, los que proceden de un animal descendiente de los de raza ibérica al cien por cien y cuya alimentación sea natural, que es aquella en que las piaras de cerdos campean alimentándose de lo que extraen del campo, para culminar su engorde en la época en que hay bellota, estos animales pueden hasta “pasar hambre” en verano, pero de octubre a marzo terminan su engorde a base de bellotas, es el tiempo llamado La montanera, cuando el fruto de la encina está maduro.

La cría en montanera, tradicional por excelencia, es un aprovechamiento de baja densidad respetuoso con el medio, del que se obtiene carne de primera calidad y se mantiene constante el bienestar animal del cerdo a lo largo de toda su vida.

El valor añadido de la producción del cerdo de bellota es la protección, mediante una buena gestión, del bosque de encina, que al igual que el del alcornoque nos aporta biodiversidad.

Tres categorías porcinas ibéricas más

Como la producción porcina es mayor que la que los encinares pueden soportar, se distinguen en el decreto mencionado tres categorías porcinas ibéricas más:

Los productos de ‘bellota ibérico’, no proceden de animales de raza pura al 100%, pero son de animales criados en libertad que completan su alimentación con bellotas y pastos.

Productos de ‘cebo de campo ibérico’, como los anteriores pero criados en ausencia de encinas.

Productos ‘ibéricos de cebo’, proceden de animales criados de forma intensiva con piensos elaborados.

Los jamones y paletas de cada designación llevarán un precinto, colocado en el matadero, que será negro para el jamón de ‘bellota 100% ibérico’, rojo para el de ‘bellota ibérico’, verde para el de ‘cebo de campo ibérico’ y blanco para el ‘de cebo ibérico’.

Actualmente hay dos empresas que crían cerdos procedentes de raza ibérica en Estados Unidos

Toda esta normativa evidentemente protege la dehesa, no así la parte comercial, ya que actualmente hay dos empresas que crían cerdos procedentes de raza ibérica en Estados Unidos: Iberian Pastures en Georgia que alimenta este ganado con nueces y cacahuetes, y otra más pionera Acornssekers en Texas que los alimenta con bellotas de los encinos del sur de EEUU.

La exportación de ibéricos a los Estados unidos ha sido complicada por las restricciones que a ello puso siempre ese país, que sin embargo ahora ofrece en Amazon “carne de cerdo ibérico americano”.

En fin, no han sido estas empresas las primeras en llevar estos animales al continente americano, ya lo hizo Cristóbal Colón en su segundo viaje en 1493, tal y como está documentado en el Archivo General de Indias, pero las bellotas de los encinos de Texas, Quercus virginiana,  tienen menor contenido de acido oleico que las de las encinas, Quercus ilex, de las dehesas españolas, por lo que la calidad del producto que dan las piaras criadas en las dehesas es superior.

El corcho, el cerdo, el toro

El toro

Y, por último, otro ejemplo de producción con aporte medioambiental es la cría del toro de lidia.

La producción de toros de lidia es una ganadería extensiva respetuosa con sus congéneres, con el medio y con los demás animales que cohabitan en él, en este proceso se completa de forma natural el ciclo del animal.

El toro bravo nace y se cría en libertad en campo abierto, en ese ecosistema que es la dehesa con pastos y arbolado.

Una ganadería por pequeña que sea tendrá varios centenares de vacas de vientre y suficientes sementales seleccionados para trasmitir la casta y mejorarla mediante cruces ‘el encaste’, que hacen del toro una singularidad, es un herbívoro bravo, domesticado y a la vez salvaje; serán necesarios también cabestros y caballos para desplazar el ganado.

Para la obtención de cada toro bravo, son necesarias muchas cabezas de ganado que no serán destinadas a la lidia, que tienen como objetivo ser parte del rebaño necesario para dar lugar a que exista el toro, y cuyo destino final será la de una producción cárnica de excelente calidad.

Solo un bajo porcentaje de los toros será apto para las corridas

En una ganadería de este tipo de ganado vacuno solamente un bajo porcentaje de los toros será apto para las corridas.

Las vacadas de bravo necesitan un espacio natural, donde se establecen unas medidas de gestión como son el aumento de calidad de los pastos, siembras específicas, regadíos para suplir las carencias de comida en el estío y habilitación y mejora de puntos de agua.

Todas estas medidas conllevan un aumento de la variedad de especies que habitan en el mismo medio y todas se benefician de las mismas.

El toro convive con ganado ovino, bovino y porcino, además de con animales protegidos como el lince. También favorece el aumento de la fauna cinegética. Es una realidad que los ciervos y gamos entre otros ungulados, comparten con los toros este ecosistema tan benévolo.

Así, en los tres casos mencionados corcho, cerdo ibérico y toro de lidia, se entra en un círculo virtuoso de beneficios ecológicos por el aumento de la biodiversidad global, además de reportar ganancias que a su vez perpetúan en el tiempo las medidas de gestión conducentes a estos beneficios ecológicos.

Un artículo de José Luis Charro

Libros de caza del autor

‘Un cazador observador’

https://editorial-adarve.com/editorial/libro/un-cazador-observador/

‘Reflexiones sobre la caza – Beneficio medioambiental que reporta. Su ejercicio, su cultura y su arte’

https://editorial-adarve.com/editorial/libro/reflexiones-sobre-la-caza-beneficio-medioambiental-que-reporta-su-ejercicio-su-cultura-y-su-arte/

Enlace a otros artículos o libros de José Luis Charro:

‘Reflexiones sobre La Caza’, un notable ensayo cinegético de José Luis Charro

‘Un cazador observador’, de José Luis Charro, un certero análisis de la evolución de la actividad cinegética en la actualidad

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