Todo animal silvestre tiene una función específica en la naturaleza. Una misión concreta escrita en sus genes que busca su conservación como especie en su interrelación con el entorno. La confluencia de los distintos seres vivos define un equilibrio dinámico en cada hábitat que hay que cuidar mediante una gestión medioambiental apropiada.
Las poblacionales de animales silvestres en densidades adecuadas para cada medio dan lugar a grandes beneficios ecológicos derivados de la presencia de los mismos en esa medida óptima. Para alcanzar ese estado de excelencia, la cinegética juega un papel fundamental.
La importancia de la buena gestión de las especies presa
Las especies presa, aquellas objeto de depredación por otras, son las que aportan biomasa de proteína cárnica a la cadena trófica, su buena gestión da lugar a una abundancia relativa para surtir a predadores y necrófagos, muchos de ellos especies protegidas. Una cantidad idónea produce por lo tanto un efecto positivo en cadena que redunda en un incremento de la biodiversidad de especies. Si su número para la capacidad de carga del medio es excesivo este puede resultar dañado de modo irreversible al romperse el equilibrio.
Los ungulados herbívoros, como por ejemplo los ciervos, cérvidos en general, cuando se alimentan ramonean y mantienen la espesura del monte. Dan lugar a la facilitación de entrada de luz al sotobosque y además estos animales dispersan las semillas que han comido o que se han adherido a su pelo. Todo ello lleva a que se regenere la cubierta vegetal con normalidad y se mantenga en un estado óptimo el monte.
Es indispensable utilizar la herramienta de selección que es la caza
Cuando las poblaciones de herbívoros son escasas la flora prolifera indiscriminadamente, envejece sin regenerarse y se fosiliza. De modo opuesto densidades poblaciones excesivas ramonean en exceso y empobrecen el monte, ya que se consume más de lo que se produce.
Otra misión de la fauna y la más importante es perpetuar su especie sin perjuicio de otras con las que cohabiten, es indispensable utilizar la herramienta de selección que es la caza. Así se consigue focalizar la dinámica poblacional hacia un estatus óptimo, con un buen estado sanitario, y una pirámide poblacional equilibrada.
Este artículo es un post del libro ‘Un Cazador Observador’ de José Luis Charro Caballero
• El libro está disponible en el siguiente enlace:
https://editorial-adarve.com/editorial/libro/un-cazador-observador/