ENERO…
Se pasó la berrea y llegó la otoñada a pintar de verde nuestros campos después de las primeras y escasas lluvias. Volvieron las grullas a nuestras dehesas. Brotaron setas por doquier y ¡hasta comenzó la temporada! Esto y mucho más fue el otoño que ya se marchó, por ir centrando la pelota. Cómo pasaron los días, entre confinamientos y cierres de Comunidades Autónomas, haciendo casi imposible salir de caza, ni de casa y… ¡hasta hoy! que le damos un portazo a 2020 en sus narices diciéndole: ¡vaya usted con Dios!
Venden ecología trufada Enero
La misma puerta que nos han estampado en nuestra cara a los que practicamos la caza. Cara de Parques Nacionales, en los que ya no será posible llevarla a cabo porque con la demagogia e hipocresía de algunos políticos, ¡nos la han prohibido! A cambio, venden ecología trufada de la muerte cobarde de nuestras especies sin importarles estas siquiera, ni su salud, ni la masa forestal, ni el desempleo o el valor de las tierras -de propiedad privada- que quedan bajo su influencia. ¡Cuánta miseria acarrea algunas decisiones! Hablan de 320 millones de euros y me pregunto: ¿somos ricos?
Año para olvidar y borrar de la memoria excepto a los que nos dejaron, a los que siempre tendremos presentes, entre nosotros.
Días de abrigo y lumbre Enero
Por León dicen que «al invierno, nunca se lo comió el lobo» y es certero el refrán por más que el cambio del clima le quiera dejar en mal lugar. Con las primeras nevadas de diciembre ya nos enseñó la patita (recordemos que oficialmente llegó el 21 del mes pasado). Noches brillantes, de aire limpio y frío, que despiertan los días vestidos de blanco. Las primeras escarchas dando paso a las heladas, retratando el invierno de madrugada con los grados arrancados al termómetro. Cruje el campo bajo nuestras botas y, aunque el sol brille, hay que pensar que va de farol. Continuos días de niebla en las mesetas y de cellisca por la montaña, al compás de un viento helador. Días de abrigo y lumbre. Lumbres que frenan las prisas y detienen el tiempo recuperando el que ya pasó bajo el hechizo de las llamas, que entresacan a su alrededor las mejores historias.
Enero 2021 y la caza
Enero. De su mano vamos, prestos, a recorrer un nuevo año aunque el bicho continúe sin querer dejarnos y siga complicándonos la existencia, sin aclarar siquiera el destino de tan funesta temporada. La cuesta a la que el mes da nombre pica hacia arriba y se empina, en busca de nuestro desaliento. Pero aquí seguimos, dispuestos a rematarle al mes la caza menor, o menuda, como también la llamamos. Menuda por ligera aunque sea grande de bravura, de veloz vuelo o carrera, si no viste pluma. De pelo y pluma, es la menuda. ¿Y de la mayor? Pues a seguir lo que podamos y nos dejen, aunque no hay que ir con prisa, que aún le queda.
Apunta un viejo proverbio inglés: «Espera lo mejor, prepárate para la peor y acepta lo que venga».
Mientras, mi deseo: ¡Feliz año!
