Caza Mayor La vereda del Ocadal Montería Perros

Diógenes (I), por Tomás Cortes

Diógenes
Diógenes sentado en su tinaja. Jean-Léon Gérôme (1860).

Resulta que Diógenes fue un filósofo, que nació en el año 412 a.C. en Sinope, una colonia griega.

Exiliaron a su familia por falsificar moneda, con lo que fueron a parar a Atenas, ciudad donde conoció a Antístenes, primer discípulo de Sócrates y fundador de la escuela del cinismo.

Diógenes, el ‘cínico’ más famoso

Antístenes realizaba enseñanzas acerca de una vida austera y de rechazo a las normas sociales.

Parece ser que Antístenes rechazó en innumerables veces a Diógenes, pero este volvía de nuevo, no dándose por vencido. Con lo que al final terminó por aceptarlo en su escuela.

En conclusión, que nuestro Diógenes se convirtió en el ‘CÍNICO’ más famoso.

Pero, la pregunta es ¿Qué es el CINISMO? Lo que nos dice la escuela cínica es que la pobreza es una virtud, pero como forma de independencia, de liberación, lo que predica es la independencia del hombre, con la cual llega lo más puro del hombre, el sí único, la veracidad, honestidad, rectitud, integridad, probidad. Desterrando lo superfluo, para analizar todo de un punto de vista de inicio que fuese verdadero.

En cierta medida era como el empezar con el “solo sé que no sé nada” de Sócrates, para ello tenía que empezar de una forma pura.

Por este pensamiento Diógenes, se despojó de todo, y renunciando a cualquier lujo se dedicó a vivir lo más humildemente, entrando dentro del mayor grado de exaltación del cinismo. De esta forma, vivía en una tinaja, semidesnudo, sin pertenecías, con varios perros callejeros como compañía.

El síndrome de Diógenes

La denominación del síndrome de Diógenes se compara por la forma de vida misantrópica y solitaria del filósofo, viviendo en la pobreza, aunque es lo más alejado de lo que predicaba el filósofo pues este no quería nada, ni tener posesiones banales ni frugales.

Recayendo en la pregunta, ¿qué es el CINISMO? Si acudimos a la etimología de la palabra, descubrimos que proviene del latín cinosargo, que es kinosarge en griego, que significa MAUSOLEO DEL PERRO.

Luego kino es el cínico latino y el perro en nuestro castellano actual.

Aquí es donde establezco la primera similitud con los hombres actuales que me precio de conocer dentro del mundo de los perros, kino o cino, ahora voy a enlazarlo con los actuales perreros,  podenqueros, rehaleros, galgueros… En definitiva, todo aquel que se dedica al mundo del perro para la caza y con un concepto funcional, desecho en mi teoría lo morfológico del trabajo con el can.

Diógenes
Las recovas de Javier Cortés de recogida.

Actualmente los perros no producen ingresos

Una de las frases que he hecho mía y la he añadido a mi libreta de frases indispensables, proviene de mi amigo Álvaro M: “el ponerse los zahones y calarse el cuchillo a la cintura, el entrar en un agarre y matar un guarro a cuchillo, lo hace cualquiera. Lo difícil es coger el cepillo, la pala para recoger los excrementos diarios”.

Ahora los perros no se ejercitan, deben ser desparasitados, limpiados, curados de las heridas producidas por el piso, tenerlos con agua limpia constantemente, limpiar las camas de parásitos, separar las hembras para que se cojan de los mejores machos, no por bonitos, si no por funcionales. Eso es ser ganadero, eso es la cría y la selección.

Ahora que los perros no producen ingresos, aguantar con el diario de alimentarlos y atenderlos.

Ruego que el cazador, se fije en que, para que una collera de podencos cruzados le eche una res al puesto, piense que esos perros están alimentados durante todo el año.

Que el coste aproximado de tener una persona dedicándose a ello es muy alto económicamente, pues entre otras tareas, esta persona limpia, suelta, alimenta, da de beber, desparasita, ejercita los remos, los saca en paseos, los suplementa con vitaminas y refuerzos, para soportar el calor y la quietud.

Que está mal visto el tener perros de caza, pero nadie cae en el trabajo y sufrimiento que conllevan.

Así se rematan los cochinos en los peñones.

Gastos, gastos y más gastos Diógenes

Prepara los medios de locomoción, durante esta época, que cuando lleguen las monterías no tendrás tiempo ITV, ruedas, mecánica, incluye los impuestos que se pagan, etc.

Sumemos los gastos administrativos, y los requisitos necesarios, acuérdate de los seguros de responsabilidad civil necesarios.

Tan solo el núcleo zoológico es muy difícil de obtener, por no poner las guías, procedencias, calendarios de vacunas.

Todo ello para que venga algún burócrata a decidir que como los perros son agresivos debes cumplir no sé cuántos requisitos más.

Rememorando las palabras de un conocido ganadero: “Tan solo falta que me crucifiquen”.

Jamás llegará a amortizarse la nave, corrales…

Incluyo en el papel, el costo de las instalaciones, pues como activo fijo necesario, jamás, y lo recalco, JAMÁS llegará a amortizarse la nave, corrales etc.

Desde mediados de febrero a mediados de octubre, van ocho de meses. Meses de inactividad para los animales, meses, sin embargo, en los que se les debe colmar de atenciones, pues el perro es un ATLETA de alto nivel y necesita sus mimos que no detallo por no extenderme.

Ocho meses de gastos y trabajo. De calores y fríos. Los demás podemos ir a una playa o coger unas vacaciones en verano, o unas vacaciones de Navidad, pero los animales deben estar atendidos todos los días.

Perros de la rehala de Miguel Cortés, hermano del autor.

Canícula viene de can, perro Diógenes

Estamos en la CANÍCULA que es la época más calurosa del año, que curiosamente viene la palabra de CAN, perro, haciendo referencia a la estrella Sirio de la constelación de CANIS MAYOR.

¿Otra coincidencia?

En esta canícula, el trabajo de los perros es más duro, pues las horas centrales son muy duras, cierto que al igual que otros trabajos, cierto, pero, en el campo y con animales, se requiere un trabajo extra, es muy duro.

Amigo cazador, piensa que el trabajo que conlleva ese animal durante esos ocho meses, sin tener beneficio alguno, en lo que se expone económicamente y psíquicamente el rehalero.

Diógenes
Curro en la cuerda, con las Recovas Jupe-Jupe.

Un perro debe comer casi un kilo diario con proteína

Según un estudio se dice que el perro debe comer entre un dos a un dos y medio por ciento de su peso corporal. Si ponemos una media de cuarenta kilos, son unos ochocientos a novecientos gramos diarios y estos necesitan proteína, no nos vale una alimentación raquítica.

Si la rehala, o la recova tiene un mínimo de veintidós perros u once colleras, tenemos que sumar otro tanto de animales en las perreras, pues hay que sumar las bajas de la temporada, los nuevos cachorros, las perras paridas, las nuevas promesas, o incluso los que denomino los LIBERTOS, que son aquellos que se han ganado a base de demostrar su valía en batallas duras, su jubilación, hay indudablemente que tener repuesto para dar refresco a los animales durante la temporada de caza.

Ufff… que ya nos vamos un poco de presupuesto, ¿verdad? Cuarenta y cuatro perros para tener una rehala o recova, comiendo casi un kilo diario con proteína, que es lo caro, con una persona a su cargo, mas todos los demás medios necesarios.

Diógenes
José María Murillo Cortés de Recovas El Portón.

Sale más barato dejar los perros y cazar por tu cuenta

Ahora viene la segunda derivada, para ahorrar costes y que las cuentas cuadren un poco al final de temporada, lo normal es tener dos rehalas.

Esto ya es dificilísimo, si echamos números sale más barato dejar los perros y cazar por tu cuenta, ¿verdad?

Para mi entender, esto de los perros es tan solo soportable por la afición que tienen los dueños de rehala y los perreros.

Metete en un jaral en los días de viento, lluvia, granizo, con barro hasta los ojos, para andar pinchándote, arañándote, rompiendo la ropa, corriendo para evitar que un guarro te mate a ese perro, que te ha costado tanto criarlo, o en aquel que es el alma de la rehala.

Tuércete un tobillo dentro del monte para volver como puedas a los camiones, donde después de un día infernal debes quedarte esperando toda la noche a recoger los perros.

Y que me dices de esos ratos esperando a un perro que no acude por estar herido doliéndose debajo de un quejigo, tan solo imaginemos que el perro que ha salido detrás de un cochino pinchado por un montero y que no abandona la presa, que se desgañita ladrando en otra mancha de la sierra para pedir refuerzos pues el cochino está demasiado entero.

Se ha perdido en el monte el respeto, la educación y las formas

Amigo cazador, si después de lo expuesto en estos folios, cuando te salga al cortadero un perrero y no lo tratas con respeto, sin duda que no mereces pisar el monte.

Descúbrete ante el alma de la montería española. Ofrece alimento y bebida a los perreros, entona un “buenos días” que no cuesta dinero, o pregunta qué tal llevan la mano.

No te creas que están en la obligación de pistearte tus piezas, si se lo pides, hazlo siempre con educación, y agradece su esfuerzo extra.

Se ha perdido en el monte el respeto, la educación y las formas.

Piensa que, sin esa gente, seguramente no disfrutarías de la montería. Que todo lo hacen con esfuerzo y sufrimiento por una pasión, llevarte la caza al puesto.

Diógenes

Son tantos ‘que’… Diógenes

Que una rueda pinchada de una camioneta, o un quedarse atascado en un camino, significa que los perreros no cenaran en sus casas, mientras nosotros estaremos cómodamente en las nuestras.

Se levantan al menos dos horas antes que tú, para preparar todos los animales.

Que mientras tú estés, una vez finalizada la montería, al calor de una chimenea, ellos estarán en el monte aguardando que venga el último perro.

Al día siguiente cuando estés en tu oficina, ellos deben ir de nuevo a la mancha en busca del animal que les falta, recorriendo de nuevo la mancha, haga frío, viento o nieve.

Que deben tener una legión de papeles para no ser denunciados por unas normativas insustanciales, hechas por gente de despachos.

Han pasado todo un año para ese momento en el que son felices por ver cómo cazan sus perros.

Que cuando sale mal una mancha de caza, enseguida se les culpa por su trabajo.

Ofrece al perrero vino y un bocado, preocúpate por él, agradece su trabajo.

Cuando un perro te eche una pieza en tu tiradero, no lo desprecies, recuerda todo lo que hay detrás de ese momento que estás viviendo.

Yo por mi parte, me hago de la escuela cínica, pues prefiero muchos perros a muchos hombres.

Parafraseando a Oscar Wilde: “Cuanto más conozco a los hombres más quiero a mi perro”.

Diógenes Un artículo de Tomás Cortés Sánchez

A mis primos que son rehaleros y perreros, forjando la tercera generación de una familia rehalera, en especial para Curro.

Enlace a otros artículos de Tomás Cortés Sánchez

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