No deja de sorprenderme que la decisión de prohibir la caza del lobo haya centrado y reducido el debate en lobo sí o lobo no. Casado
Asombra la facilidad que tienen políticos y ecologistas en situar la discusión donde más les conviene, aprovechándose de la escasa información que, una buena parte de los ciudadanos, demanda para transitar por los problemas de este país. Si además le añadimos el control de los medios de comunicación, ya tenemos el terreno abonado para lograr el objetivo (abolir la caza del lobo), comenzando por reducirlo todo a si queremos o no lobos. Por supuesto, obviando la realidad en la que se asientan las poblaciones de lobos y, cómo no, lo que nosotros (cazadores, ganaderos y el resto del mundo rural), podamos opinar.
Finalmente, cocinado ya el plato, se presenta a la sociedad colocándonos en el polo opuesto de lo que les conviene a ellos, en general, y al lobo, en particular.
El debate no es si queremos lobos o no Casado
No podemos dejar de insistir (hasta la saciedad si fuera preciso) en que no nos planteamos si queremos o no lobos. ¡Ese no es el debate señores! Por favor, no caigamos en la trampa. ¡Por supuesto que queremos lobos! Por algo somos el país de Europa con mayor densidad de ejemplares y hasta aquí hemos llegado cazándolos. ¿O alguien creé que es fruto de la casualidad? Hay que preguntarse: ¿A qué viene la prohibición entonces? ¿A quiénes favorece? ¿Qué fin se persigue? ¿Miran únicamente por el bien del lobo? Recordemos, el organismo responsable se llama: Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España.
¿Tan mal se ha gestionado que, aun cazándolos, contamos con 2.700 ejemplares? Casado
Desde WWF aclaran que «el modelo anterior no ha sido capaz de reducir los conflictos sociales asociados a los daños a la ganadería». ¡Vaya! Quiere esto decir que con el lobo como especie protegida y multiplicándose exponencialmente sin control (a costa del resto de fauna y de los ganaderos, principalmente), ¿se van a terminar esos conflictos sociales? Añade WWF: «llevamos décadas trabajando para proteger la especie». Les recuerdo que en los años 50/60 estaba al borde de la extinción y que desde 1970 es especie cinegética, y entonces, pregunto: ¿tan mal se ha gestionado en estos años que, aun cazándolos, contamos con 2.700 ejemplares en 297 manadas?
Analicen: ¿Qué país creemos tener? ¿Somos un país rico? ¿Somos tan altos y tan rubios que pensamos que podemos mantener organizaciones que quieren vivir del cuento mientras los ganaderos tienen que trabajar los 365 días del año para intentar contarlo? ¿De verdad creen que un país con una deuda pública superior al 118% (18.02.21) de su PIB puede renunciar a los 350 millones de euros que genera la caza en los Parques Nacionales y sustituir ese ingreso por una cifra de gasto inestimada aún? ¿Quién va a poner sobre la mesa una media de 15.000€ por lobo (y multiplíquenlo por 12 ejemplares) de la Reserva de la Culebra en 2020? Oiga, que hablamos de 180.000€. ¿Quién? ¿Estamos locos?
Caza prohibida, caza extinguida Casado
Centrando el tema, los cazadores a lo que nos negamos es a su protección absoluta y a que deje de ser especie de caza. ¿Queda claro? Lo reitero: no nos pregunten si queremos o no lobos. No tergiversen la verdadera cuestión. Debemos tener lobos bajo las condiciones que correspondan, es decir, ¡bajo control! Y no solo al norte del Duero sino al sur también. Porque, bajo las mismas premisas, haremos posible su expansión equilibrada y sostenible, en los nuevos territorios y en el tiempo. Porque el control de su caza aporta (ya hemos dado cifras) los recursos necesarios para su vigilancia, lo cual redunda directamente en beneficio de la especie. Y no me refiero a papá Estado y su dinero (o sea, el de todos), no.
Demostrado quedó: caza prohibida, caza extinguida. No es una manera ligera de hablar. Lo que no tiene valor económico ni se guarda ni vigila, no es de nadie y al final, se extingue. Tiren de hemeroteca y vean lo ocurrido en aquellos países que tomaron tal decisión.
Que el lobo siga siendo especie cinegética le asegura su futuro Casado
Que el estatus del lobo siga siendo de especie cinegética, le asegura el futuro. Lo contrario incide muy negativamente en su porvenir y en la España vaciada. Los equilibrios de la vida rural son frágiles, cuídense de tomar decisiones que puedan hacer irreversibles sus consecuencias porque no sólo hablamos de animales, hablamos de personas, quizás, los últimos habitantes de la España rural.
⇒ ¿Quién corre verdadero peligro de extinción?
→ ¿A quién debemos realmente proteger? Casado
⇒ ¿Está el lobo por encima de las personas en las preocupaciones del Ministerio?
* Excluyendo las capitales, provincias como Soria, Teruel, Cuenca, Palencia y Zamora están por debajo de los 12,5 habitantes/km2, que es la cifra que sirve como referencia a la Unión Europea para definir las zonas con «muy baja densidad de población», al haber perdido todas ellas más de la mitad de su población. Situaciones semejantes se dan en Ávila, Burgos, Segovia, Cáceres, Salamanca, León y Huesca.
(Informe Funcas: ‘La despoblación de la España interior’, 15.02.21).