Una mañana del Primero de Mayo
trotando con mi caballo
me dirigía a Bulawayo.
Cuando de repente
se encontraba un elefante
sin darme cuenta enfrente.
Apenas sin desmayo
me bajé del bayo
con muy poco apoyo.
Apunté directamente
en un punto de la frente
del tranquilo elefante
que se encontraba adelante.
El disparo retumbó
el animal se derrumbó.
Una mañana del Primero de Mayo
trotando con mi caballo
volvía a Bulawayo.
Regresamos al galope
recordando el gran golpe.
El disparo retumbó
el animal se derrumbó.
Una mañana del Primero de Mayo
volví a Bulawayo
a lomos de mi caballo.
Un rabo de un elefante
llevaba de mi delante.
El disparo retumbó
el animal se derrumbó.
Fue hace cuatro décadas y en estas fechas me gusta entonar esta canción, mientras espero volver cada primavera a cazar elefantes de nuevo. ¡Malditos chinos! ¡Porco goberno!