
Fotografía: Ángel Luis Casado
Arrimo a mis ascuas el refranero para decirles que «la cabra siempre tira al monte» y añadir que, quien suscribe, ¡al monte y al norte!
No sé si sería por las fechas en las que estamos o qué, pero mientras daba un paseo por las estribaciones de la Sierra del Cuera; en la siempre verde Asturias, con mi mujer, nos encontramos a un burro metido bajo la sombra del porche en un chalet cerrado a cal y canto, aunque en una parcela donde pacer que supera los mil metros cuadrados. Allí andaba el pollino, como Pedro por su casa, supongo que con la tarea de mantener a raya el hierbazal.

Fotografía: Ángel Luis Casado
El burro se arrancó soltando coces al aire de puro contento, rebuznando y trotando ladera abajo
En lo alto de la ladera, en el lugar en el que sentados los dueños solían disfrutar de sus vistas, ahora, en solitario, sesteaba el asno. Al verlo decidí reclamarle, tal si corzo fuese, pero con su voz, es decir, a base de rebuznos.
Lo hice como el maestro Morante cita desde los medios al encastado tocado en suertes, y, ante la incredulidad de mi pareja, el burro se arrancó soltando coces al aire de puro contento, rebuznando y trotando ladera abajo, quedándose a escasos metros del vallado, mostrándonos su buen encaste al tiempo que comprobaba que yo no pertenecía a su misma especie, como quizás le hubiera gustado. Y, ahí quedó, metido en plaza, cual imaginario corzo… que ustedes me dirán.



Con el celo del Capreolus a cuestas, habré de salir a tocar el chiflo a los cuatro vientos con ínfulas de victoria
Y como la imaginación nos lleva donde pudiera parecer imposible, me dio moral para pensar que, en los días que se avecinan en el calendario, con el celo del Capreolus a cuestas, habré de salir a tocar el chiflo a los cuatro vientos con ínfulas de victoria. Total, si me había entrado un burro ¡rebuznándole!, ¿por qué no seguir soñando?
¡De esta temporada no pasa que me eche encima al viejo corzo del acotado!
Mientras, me voy con la música a otra parte, que de rebuznos por estas tierras ya he practicado bastante.
En fin, ya les contaré.
¡Feliz verano!
La voz del reclamo; por Ángel Luis Casado Molina
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