Siempre he mantenido que si me pierdo, primero que me busquen en África, y si no me encuentran seguro que estaré en Canadá, en América. Desde 1992 no he dejado de acudir a la convención del Safari Club Internacional en Estados Unidos, con la excepción del año del Covid que no se celebró la feria.
La Convención a principios de los noventa era una miniatura de lo que es ahora, aunque desde el principio siempre me llamó la atención la taxidermia, me quedaba extasiado en la contemplación de los grandes osos, y me parecía casi imposible que una minúscula bala pudiera abatir a semejante fiera.
El mundo se ha reducido, se ha quedado pequeño
Han pasado ya más de cuarenta años, y los éxtasis de decenios anteriores no se producen, apenas nada te llama de nuevo la atención.
Armas calibres, visión térmica, nueva ropa y calzado, los puedes encontrar en España, en Europa, o si no en Amazon o cualquier otra herramienta te la ponen a disposición. El mundo, al menos el nuestro, se ha reducido, se ha quedado pequeño.
Aquellos años sin Internet…
En aquellos años aún sin Internet, sin smartphones, la comunicación se distanciaba una barbaridad de la simple realidad actual que te permite estar conectado las 24 horas del día con instrumentos fiables e instantáneos.
Búscame en Las Vegas o en Reno, un buen precio para tres safaris de 21 días con cuatro grandes para ir con mis hijos. Era un encargo, y cuando lo tenías, escribías un fax (bendito fax) a mano, confirmando fechas y datos para hacer un inmediato depósito. Ahora es casi lo mismo, pero mandas un WhatsApp con todo tipo de detalles, hasta con fotos del campamento, y todo lujo de detalles. Sí, casi lo mismo al final, pero muy diferente.
Después de más de treinta años vuelvo con la misma ilusión de descubrir América
Acudían cuatro, no más, expositores pioneros de España, y el 95 % de los cazadores yankees ni sabían lo que era un macho montés, y además no podían localizar a España en un mapa. Aunque ahora sí que saben lo que es nuestro ibex, pero en cuanto a la geografía universal siguen estando en porretas.
Ya nadie va a descubrir América, ni a sorprender a los americanos en nada, tampoco en la caza, pero tampoco va a desaparecer la ilusión de ir, de saludar a viejos y queridos amigos tanto proveedores como clientes.
Aunque después de más de treinta años vuelvo con la misma ilusión de descubrir América, como lo hice la primera vez.
América, por José García Escorial
Enero de 2024
Safari Headlands – José García Escorial
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