‘Lucky penny. Nashville 51.º Convención SCI. Sin nuestro show en 2023’, por José García Escorial
El penique de la suerte, la moneda de la suerte, quizás te la puedas encontrar en el suelo en cualquier momento a lo largo de tu vida y, para los supersticiosos, nos marca en nuestro devenir vital.
Ya sé que es una tontería, pero un día 13 tuve mi accidente de aviación y mejor es no fiarse mucho de pasar por debajo de andamios o escaleras, de los gatos negros, de la sal pasada y derramada junto con otras lindezas por el estilo.
Aterrizamos en el estado de Montana en el Aeropuerto Internacional de Yellowstone, que es una preciosidad de instalación con techos y vigas de madera, donde te acoge un muy confortable hogar encendido con grandes troncos crepitando, allí mirando las caprichosa danza de las llamas calientas un poco las manos, antes de salir al nevado y helado paisaje invernal de finales de febrero.
Allí hemos acudido, previa a la LI Convención del Safari Club Internacional, para cumplir con un compromiso social, una boda, de un miembro de la familia de un proveedor nuestro con el que tenemos una entrañable relación desde hace más de siete lustros.
A la salida del avión me agacho para recoger una moneda en el pasillo de la aeronave, un centavo de color cobre, apenas sin valor, con la efigie desde 1909 de Abraham Lincoln.
En Nashville, a la Convención del Safari Club Internacional
A pesar de la tormenta de nieve donde pudimos circular con más que precavida zozobra, el 20 de febrero, después del compromiso social, pudimos volar a Nashville, Tennessee.
En las treinta y una ediciones anteriores del SCI que hemos asistido, nunca habíamos salido del estado de Nevada, y de las ciudades de Las Vegas/Reno.
Nashville, la ciudad de la música country, era el nuevo destino para 2023, 2024 y 2025, de momento.
Una convención más reducida en tamaño que la de los últimos años, con todo aparentemente más a mano, y con público diferente, donde, a lo largo de los días, hemos ido cerrando cacerías de machos monteses en España, algunos elefantes, un par de marco polos, varios viajes de turismo en Sudáfrica acompañados de safaris en Paoland, Zimbabue y Tanzania, enviado ofertas de Mongolia y, como guinda, un markhor de 225.000 dólares.
En general, la tendencia de precios ha sido muy similar a lo marcado en los años anteriores de pandemia y, pos-COVID, el precio en Norteamérica norte y sur, muy al alza; en el resto de continentes comedidos, aunque con ligero aumento.
Por ejemplo, una cacería de un carnero de Stone con una compañía líder se sitúa en 105.000 dólares, y un argali de Altai, otrora la cacería de mayor precio del mundo, son 100.000 dólares, la subida del Stone en diez años ha sido del 300 %.
¡Ley de oferta y demanda, señores! Además, el argali Altai se consigue al 100 % histórico, y el Stone puede dar fallos.
Reunión de la Asociación de Cazadores Profesionales de España
El sábado, muy de maitines para muchos que se envuelven en el embrujo de las noches musicales de la ciudad, convocamos en nuestro estand una reunión de la Asociación de Cazadores Profesionales de España y el ambiente general era positivo. Al menos en 2024 repetiremos en Nashville.
El domingo, mientras arrastrábamos las maletas para coger el coche Uber que nos esperaba en la esquina del edificio de nuestro apartamento, reluciente por la lluvia, destacaba en el suelo la figura cobriza de una moneda con la efigie de Lincoln. Me agaché, la limpié y la metí en un apartado de mi monedero, un nuevo Lucky penny que espero conservar hasta mi vuelta del año que viene.
Recién llegado a Madrid, problemas familiares importantes, me hacen desistir de realizar en 2023 nuestro Show Internacional de Caza Safari Headlands. Lo sentimos por la cantidad de amigos que esperaban pasar unos días con nosotros. La suerte es efímera.
