De bien nacidos es ser agradecidos, por José García Escorial

De bien nacidos cazadores — De bien nacidos es ser agradecidos…

Siempre mantuve que como en ninguna otra actividad que la caza te permite estrechar los lazos de amistad con un gran número de personas, guías, guardas, prácticos del terreno, auxiliares y sobre todo con los cazadores.

Con estos últimos el nudo es tan fuerte que en muchos casos solo se corta con el fallecimiento.

Compartir las vivencias que el ejercicio de la caza reparte cada día, es un torrente de emociones que impregna para siempre, y para bien ,en la mayor parte de las ocasiones, las relaciones humanas.

Y no es sufrir, penar, sobrepasar las dificultades solo, sino un conjunto de detalles vitales que llevan a un punto, a una conjunción, que repito aunque la muerte signifique el fin, acaso sólo la perdida de memoria, sea el adiós definitivo.

De bien nacidos cazadores

Compartí angustias, alegrías, emociones y tantos abrazos…

Yo tengo que agradecer a las decenas de miles que nos contrataron y dentro de estos a los miles que estuvieron conmigo entre los viajes a Canadá, la polonesa, los campus de caza, los machos monteses con extranjeros, los grupos trolebuses de búfalos y Mafilimbi en Tanzania, mi muy querido elefantes 6x6x60 en el delta del Okavango, y los ya casi trescientos en Paoland donde los asisto con mesa y mantel, y con todos con los que compartí angustias, alegrías, emociones y tantos abrazos que me vuelve en el recuerdo una cierta y clara ternura.

Pero destaco entre todos los que desde el principio de su aventura toda fue felicidad, nunca tuvieron una mala cara y a estos de modo sistemático siempre los sonrió la fortuna, porque solo con inicial comportamiento la suerte estaba con ellos.

Si tuviera que escoger un solo trofeo de nuestro espectacular pabellón de caza, sería el pesado, voluminoso y mayestático libro de visitas, los trofeos de caza igual los podría conseguir de nuevo, pero no esa colección escrita de muestras de afecto que se perderían para siempre.

A tantos que pasaron y a los que vendrán ahora y en los próximos años, muchas gracias de verdad por hacerme sentir vivo y cazador.