La vereda del Ocadal Opiniones

Inflación, reduflación, estanflación y caza. Por Tomás Cortés

Inflación Caza
Inflación, reduflación, estanflación y caza.

Dedicado a los nueve de Alameda de la Sagra por todos esos momentos que pasamos juntos

INFLACIÓN

La inflación es el crecimiento general de los precios, y, ¿por qué se le tiene tanto miedo? Pues sencillamente, debido a que cada vez se puede adquirir o comprar menos, lo que conlleva a que cada vez seamos más pobres.

Algunos ejemplos

A priori no se le ve mucho el problema, pero vayamos con unos simples ejemplos que se nos dará en nuestra temporada de caza actual:

  1. Este año debido a la guerra de Ucrania el cereal a escaseado lo que provoca un mayor coste de los piensos y a su vez provoca mayor coste de alimentación para las reses (30% del precio original).
  2. La energía también ha subido, como la gasolina. Si necesitamos gasolina y gasoil para limpiar cortaderos, hacer bebederos, sacar las reses del monte, tenemos un incremento que debemos repercutir (40%).
  3. Los rehaleros quisieron hacer una huelga por los costes queriendo cobrar un mínimo para paliar sus costes pasando de doscientos a doscientos cincuenta en muchos sitios (25%).
  4. Los salarios también subieron (20%).

El orgánico tiene que pagar más por los costes para ofertar una montería, todo ello suponiendo que el propietario no haya decidido subir la renta. El orgánico ante la situación pasa de subir el precio de sus monterías de cuatrocientos euros a quinientos euros en el mejor de los casos (25%), de esta forma él pagaría todos los costes y le saca un beneficio.

Todo sube, menos el sueldo del montero

Pero el sueldo de Luis no ha crecido (ganaba anteriormente mil quinientos euros y ahora gana lo mismo). Bueno, podríamos pensar que un 25% de subida en sus monterías lo puede asumir, el problema viene luego.

Como han subido los precios en vez de ir a seis monterías de cuatrocientos euros que hace un total de dos mil cuatrocientos esta temporada nuestro cazador tipo decide ir a cuatro monterías de quinientos gastándose un total de dos mil euros, de esta forma nuestro cazador no rompe su presupuesto y ahorra, eso sí, con una montería menos, ¿verdad?

Pongamos como ejemplo un desarrollo habitual para ir a esa montería. Digamos que empieza el día con el desayuno que suele practicar habitualmente en el bar de Paco en Badajoz. A Paco le han subido todo aquello que necesita para preparar el desayuno con lo que él se ha visto obligado a subir el precio, aquí es donde entra el problema.

La montería le ha salido a Luis por ciento veinte euros más

De media sus productos que necesita para la elaboración le han subido un DOCE CON CINCO por ciento, motivo por el cual me sube el precio del desayuno (café y tostada de 2,10 a 2,50) eso representa una subida del DIECINUEVE POR CIENTO.

Como Luis es de ciencias, al hacer la cuenta se cabrea con lo que va a la armería de su amigo para comprar balas para la montería del próximo sábado, y, ¡sorpresa!, las balas también han subido, dando gracias pues es amigo del dueño de la armería La Umbría y este, al ser honrado y debido a que le quedaba una caja de balas con el precio del año anterior, respeta una caja de balas al precio antiguo. La segunda caja cuesta diez euros más.

Llenar el coche de gasolina, para acudir a la montería del sábado le cuesta cuarenta euros más.

La montería que tiene resulta que le obliga a dormir fuera, en una localidad de los Montes de Toledo, con lo que esta vez es el responsable del hotel el que dice que la habitación vale veinte euros más que el año pasado.

Pero no acaba ahí la cosa la cena de la noche supone otros diez euros extras.

A la vuelta tiene que volver a echar gasolina y otros cuarenta euros de más.

Total, que sin incluir los cafés que se toma, ni los refrescos, ni la compra de pan para el taco, la montería le ha salido a Luis por ciento veinte euros más.

Le han metido una bofetada con la mano abierta al bolsillo

En el caso que Luis asista a las cuatro monterías resulta que se ha gastado CUATROCIENTOS OCHENTA EUROS, con lo que se está gastando más dinero que el año pasado, en caza a lo que hay que adicionar que encima acude menos días de caza.

Resulta que Luis desconoce lo que es la inflación, pero le han metido una bofetada con la mano abierta al bolsillo. Vamos, que no sabe lo que significa inflación pero que no asiste a una quinta montería ni por asomo.

«La inflación es un impuesto que se impone sin legislación» (Milton Friedman).

Inflación Caza

REDUFLACIÓN

Este término me fascina, pues es lo que muchos utilizan para justificarse, pareciendo bueno aquello que no lo es.

La reduflación consiste (de forma llana) en cobrar lo mismo, pero por menor cantidad de dinero, práctica habitual en muchas empresas de bienes alimenticios. Pero, ¿cómo afecta a la caza?

Muy sencillo, pongo como caso un hipotético orgánico y una empresa hipotética que la sitúo en el centro peninsular. Se compra una acción de cuatro monterías a ‘Cinegética San Vicente World Hunt’ (la cual a pesar del nombre no ha salido del pueblo de 600 habitantes de la sierra de San Vicente que es donde opera), Cinegética World Hunt (en adelante CWH) está encabezada por Siberio, el cual, dando vueltas a su enorme cabeza, decide mantener el precio de las monterías, para vender su ‘buen hacer’ como orgánico.

Un tremendo esfuerzo por respetar los precios

Durante el discurso el primer día de la montería, ante sus monteros (pues Siberio habla muy bien en público), cuenta al personal asistente que ha hecho un tremendo esfuerzo por respetar los precios, en contra de lo que mandan las cuentas, que ese día se caza a cochinos y venados, que los monteros tengan en mente el ímprobo esfuerzo que realiza la propiedad al no subir los precios.

Cuenta Siberio que la orgánica CWH actúa en la línea de veracidad y fidelidad que le caracteriza, que los resultados pasados no garantizan resultados futuros, y que su grado de autocomplacencia es cero.

Lo que no nos cuenta el truhan de Siberio, es que ha vendido en la berrea dos venados más de lo habitual a mil doscientos eurazos, y dos cochinos más a quinientos, con lo que en el tapete del día tendremos cuatro animales menos habiendo cazado la mancha por el mismo precio. Sacando el equivalente a tres mil cuatrocientos euros más por montería, por cuatro monterías hace un total de trece mil seiscientos de vellón.

¡Hay que ver cómo es este Siberio de estafador! Todo ello por doblar la cerviz ante el dueño de la finca para que le premien con un caramelito, como por ejemplo poner a uno de sus hermanos de guarda de la finca.

Dejando aparte la ‘ética’ de Siberio, la reduflación se produce en el momento que se paga lo mismo por la montería, pero hay menos abates.

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ESTANFLACIÓN

Por seguir con nuestra supuesta orgánica ficticia CWH y su capitán canalla y cuatrero, a modo de explicar el término.

CWH recoge entre sus paisanos más cercanos para dar las monterías a unos diez cargueros -secretarios y caza con cinco rehalas de las de la zona para pagar menos por los desplazamientos. A lo que añadimos que el catering lo llevara de una localidad cercana. Podría parecer que lo hace para ayudar a sus paisanos, pero…

El personal pide un aumento de salario

El personal que maneja Siberio le pide un aumento de salario, pues a este personal los gastos le han aumentado mucho durante los dos últimos años por lo que ya no ganan lo suficiente.

A Siberio le da que pensar que como oferta cuatro monterías y paga por cada una como jornal de trabajo sesenta euros, por cuatro monterías hace un total de doscientos cuarenta, por todo ello y en vista de su tremenda generosidad le sube diez euros al carguero secretario que haga las cuatro monterías. A los perreros les sube diez euros por rehala.

Mientras el dueño de la orgánica que le había permitido o calculado el subir los sueldos hasta trescientos euros por las cuatro monterías, dicho de otra forma, el dueño autoriza a cobrar de jornal setenta y cinco euros por día.

Resumiendo, de setenta y cinco euros ofertados a los sesenta euros que al final se les da, representan quince euros por jornal y por día, lo que hace un total de ciento cincuenta por día y un total de seiscientos en la temporada.

Siberio decide subirse el sueldo la mitad de esa ganancia de entrada subiendo sus emolumentos trescientos euros.

Francisco, el carguero, se pregunta cómo es posible que si le han subido el sueldo de las monterías gana menos

Por otro lado, Francisco como carguero de CWH, mientras se calienta al calor de la chimenea de leña de encina (pues no puede pagar más gas que cuatro bombonas de butano al mes) a la misma vez que se tiene que poner las botas del año pasado, se pregunta cómo es posible que si le han subido el sueldo de las monterías gana menos.

Javier con unos perros de bandera, no se puede explicar cómo cazando más días que el año pasado, a la par que gana más dinero por esas monterías, no puede mantener su rehala de podencos y mastines atravesados, mientras que Siberio de CWH, en un acto de generosidad, se ha quedado con la recova de Antonio que decidió no continuar con los perros pues no podía mantenerlos.

«Un economista es un experto que mañana sabrá explicar por qué las cosas que predijo ayer no han sucedido hoy» (Laurence Peter).

Un artículo de Tomás Cortés Sánchez

Fotografías: Adolfo Sanz Rueda

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