La vereda del Ocadal Relatos

Los regalos de los Reyes Magos, por Tomás Cortés

los reyes Caza
Los regalos de los Reyes Magos, por Tomás Cortés.

«¿Qué pasaría si en vez de chantajear a los niños con el típico “si no te portas bien no te traerán los regalos que has pedido”, les dedicamos el tiempo que necesitan para mostrarles con nuestros actos lo que significa responsabilidad y compromiso?» Pedro Valenzuela

Como vivo en Badajoz, y los Reyes vienen en tren, resulta que traen los regalos más de un mes después que al resto de los mortales, claro está que vienen en AVE en trayecto desde Madrid, que si lo hicieran en tren normal, nos iríamos a dos o incluso a tres meses, no obstante, llegan con la misma sonrisa y la misma ilusión a traer lo que le habíamos pedido.

Los Reyes te traían lo que les daba la gana…

Pertenezco a una generación que siendo pequeños y cuando llegaba el momento de la época de los Reyes, redactabas una carta con tus peticiones, para luego darte cuenta que los Reyes te traían lo que les daba la gana, de hecho, creo que cambié dos veces de Reyes a causa de la indiferencia para con mi persona de Melchor.

Deseaba entrar en el monte, aprender a ojear, ser valiente, poder rematar, tirar bien, saber cazar, acechar, pistear, poder recechar.

Todo aquello relacionado con la caza, con el campo, con el mundo del caballo.

Según pasaban los años se cumplían parte de mis deseos, por lo que entonces pedía unos cartuchos especiales, unos zahones a medida, un chaleco de cuero hecho en Las Ventas con Peña Aguilera hecho por los Ruiz Ripiero, unas alforjas, o fundas trabajadas en cuero, ¡y qué decir de esos primeros cuchillos de monte!

¡Tempus fugit!

Pudiera ser que en los deseos para con los Reyes Magos con mis prematuros años era muy básico, o bien que esos reyes magos tenían la capacidad de prever lo que más iba a disfrutar, el caso es que fuera por eso o por otra cosa cuando se tiraban por esta línea acertaban.

Recuerdo la pasión de domar los zahones en el monte, de entrar con los perros, de darles la consabida grasa de caballo, de oscurecerlos, de endurecerlos. Ahhh… ¡TEMPUS FUGIT!

No ha mucho, escribí sobre el relevo generacional en esto de la caza, aunque no leí su carta a los Reyes Magos me la imagino, pues a esa tierna edad actuaba de la misma forma que ellos debido a que tenía una inmensa pasión por lo que este mundo de la caza me tenía y tiene que enseñarme.

Siguiendo esta premisa propongo los siguientes regalos para mis amigos.

Lorena midiéndose de tú a tú con un gran cochino albar.

LORENA

Una de las super rehaleras, con esa seguridad que le proporciona el saber batirse en el monte, con esas piernas finas pero que son de acero, lo propias para dejar a cualquiera atrás en el monte, con la ayuda de su padre Luis para salvar los obstáculos duros de la sierra, con la inteligencia propia de alguien que es mucho más que una rehalera normal, que denota sus tremendas ganas de aprender, con esa humildad que la caracteriza.

Ha pedido enfrentarse a un cochino albar de tú a tú

Tan solo le ha pedido a los Reyes que le den la oportunidad de enfrentarse a un macareno propio de la comarca zamorana de Benavente, que se caracterizan por predominar el tipo de cochino albar muy grande de cuerpo, recio, de gran peso, que acometen de forma rápida.

Ha pedido a los Reyes una pelea de tú a tú, del cochino contra sus perros, que son valientes, rápidos, incansables, tenaces, rápidos como avispas, de buenos vientos y mejores patas.

Ella tomando las precauciones debidas, ha sabido culminar el lance, ha conseguido demostrar a sus canes, que ella es la que manda, la jefa de la rehala.

¡BRAVO LORENA!

los reyes Caza
Carmen en su etapa de morralera.

CARMEN

Como ya había conseguido su cochino en espera, el siguiente movimiento de Carmen, aquel que ansiaba con tanta ansia, con gran deseo y anhelo era, el de estrenarse en montería.

Soñaba con ese momento, con la oportunidad de jugar un lance en el monte con tener tan solo la opción, pues si encima conseguía la pieza sería lo máximo para ella, ese hecho tan solo representaría la graduación en el mundo cinegético.

Tantas monterías a las que va con su padre, donde lo primero que prima es la seguridad, luego los valores, el saber comportarse en el puesto que por otro lado no es asunto baladí, fútil o nimio.

Después de tantas veces inmóvil, de pasar frío, de estar incómoda, de ver cómo su padre tiraba, cómo fallaba o como mataba, tantos kilómetros, tantas migas incomibles, o esas interminables esperas hasta que salían las armadas.

Qué decir de las subidas de cortadero mañaneras, con la tripa llena por esas contundentes migas empapadas, o de los fríos en los altos peñones.

Ha pedido estrenarse en una montería

Después de toda esa preparación iba a tener su oportunidad, pues lo ha pedido a los Reyes Magos.

Estos tienen a bien conceder ese deseo, ese anhelo que para Carmen significa tanto.

No necesita que sea un trofeo grande, ni siquiera un buen navajero, no, ella se conforma con que su primer lance sea con una cierva.

De esta forma no consigue hacerse con una pieza, sino que consigue hacer un doblete en una montería, como una de las grandes monteras, demostrando una gran pericia.

¡Que sí!, que una de las dos tuvo que rematarla, cierto, pero no marró los tiros.

Creo que hay cosas que no se olvidan en la vida, ahora cuando me cuenta Carmen su lance, me veo reflejado en su emoción, en su sonrisa, en alegría, y en sus ganas de repetir con otro lance.

¡BRAVO CARMEN!

los reyes Caza
Aitor sin miedo antes de entrar en el monte, con ganas de comerse el terreno, haciendo caso de los mayores con los que va a cazar.

AITOR

Qué decir de este auténtico triunfador que actúa con humildad.

También me veo reflejado en las ansias que tenía por entrar con mis perros en el monte con esa edad, me costó mucho el llegar al primer agarre, para mojar el cuchillo con la caliente sangre del cochino, contrastando en mi mano entumecida por la helada que había caído esa mañana de invierno, ahora miro a Aitor, para verle poniéndose el chaleco, con su botella de agua, sin miedo antes de entrar en el monte, con ganas de comerse el terreno, haciendo caso de los mayores con los que va a cazar, bien de Nano, bien de su padre.

Sin quejarse, y lo más difícil, sin amedrentarse.

No es más que nadie, pero MENOS TAMPOCO, su corta edad no refleja su predisposición para batir el monte, hizo la promesa de no cortarse el pelo (como Sansón) hasta rematar su primer cochino.

Trece cochinos, trece

Seguro estoy que ha pedido a los reyes ese lance, ese momento, rodeado por sus dogos, por sus maestros, acompañado por su padre, para que le guíe en ese momento tan difícil, él no tiene miedo, se sabe cubierto, él ha pedido y ha tenido su oportunidad.

A fecha de hoy no es que no haya llegado su momento, el caso que en la temporada lleva trece cochinos (13).

Con su caracola fetiche, con su cuchillo más que afilado, con su gorrilla de paño, más que con sus ganas de aprobar su primer examen de agarre se ha doctorado cum laude, que ya lo hace bien con las notas del colegio, siguiendo o emulando los actos de aquellos a los que admira en el monte, amigo de los perros a los que conoce hasta por su ladrido.

Ese es Aitor, no me cabe duda de que la próxima vez le veré con el pelo corto para que me relate su deseado primer agarre.

¡BRAVO AITOR!

los reyes Caza
‘Magüe’ sigue aprendiendo de la caza y disfrutando.

MANUEL

Manuel o Magüe como se deja llamar por los amigos, celebró su primera montería con una entrada bestial de reses al puesto.

Convencí a Magüe que eso no era lo habitual en la montería, que las mas de las veces son más duras, difíciles, que te agotas, que te cansas, que te enfadas o incluso te cabreas, por no tener opciones, que exige disciplina, que tienes que aguantar en el puesto, no desesperar, no hacer ruido, comportarte como un señor, ser amable con los vecinos de puesto, pero también con los perreros, con los cargueros, y con los postores.

Debes estar de buen humor, pues hay gente que trabaja y que ha trabajado todo un año para que la montería salga bien.

Como le he advertido de la dureza, Magüe me ha dicho que me acompaña, que quiere probarlo, que quiere saber, conocer y ver más sobre la montería, que quiere ver un cochino corriendo en un cortadero, quiere ver como la más de las veces se queda el tiro trasero, quiere compartir un plato de judías que a no ser del frío que tiene en el cuerpo no se las comería.

los reyes Caza

Magüe aprendió mucho a pesar de no tirar

Vino al final al puesto este enero, para dar con un monterión de cochinos en plena sierra de San Pedro, conseguí enseñarle mucho, pues tuvimos un día con mucho viento, rodeado por los puestos que no paraban de tirar…

Sin embargo, nosotros no tiramos, nuestros vecinos de puesto se forraron, el de la derecha mató cuatro cochinos y el de la izquierda se hizo con un venado dos ciervas y un cochino.

Sí, esto es la caza, esto es un día en el que todos se lucen, disfrutan, cazan, pero tú te quedas con una cara de póker, pensando cómo se puede tener mala suerte, por otro lado, tienes como máxima aquello de que para que unos se diviertan en la montería otros tienen que quedarse bolos.

Por otro lado que es cierto que hubiera podido hacerme con un par de cochinos ese día en el puesto, pero eso sería cortar la carrera de los cochinos, eso es robarle al vecino la cartera en el monte.

Sin duda que algunos tirarían, pero aún prevalecen en mi mente las enseñanzas que inculcaron mis maestros.

Eso también es enseñar.

¡BRAVO MAGÜE!

Un artículo de Tomás Cortés Sánchez

 

Otros artículos de Tomás Cortés Sánchez

Relevo generacional

Inflación, reduflación, estanflación y caza

Dos súper rehaleras

 Don Camilo III

 Don Camilo II

 Don Camilo I

 Porro 

 Carta a los Reyes Magos

 Bibi Machuca y la cuadratura del círculo

 Una mañana, le dije al campo…

 El verdín de las balas

 Diógenes (II)

 Diógenes (I)

 Fotoperíodo, Luna de miel y solsticio de verano

 Quitasueños, ¿un error nocturno?

 Equinoccio de primavera

 ‘Cogito ergo sum’ (pienso, luego existo)

 Solsticio de invierno

 Agronomía y caza (y III)

 Agronomía y caza (II)

 Agronomía y caza (I)

 Equinoccio de otoño 

 Atalanta, la Luna del cazador y Madrid

 La Luna, Artemisa y la caza en la noche

 El Lucero del alba, Venus y la caza del jabalí

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.